Dos poemas de Martín Gambarotta

(Martín Gambarotta) 

POR EMPEZAR…

Por empezar
un electricista no es un electricista
sino un hombre que trabaja de electricista
aunque por la noche piense
que sus venas son cables
que transmiten watt residuales
del trabajo diario.

*

RASGUÉ LAS CUERDAS DE MI CÍTARA SATÍRICA…

Rasgué las cuerdas de mi cítara satírica
hasta que una cefalea irremediable se puso
a bailar al compás de un valsecito nefasto
sobre la tapa de mis sesos, dejándome
el cerebro hecho papilla como el de un
senador al que se le cae la cabeza
en su plato de espaguetis. Rasgué
rasgué esa cítara hasta, pero juro
por mis días en el rastafarianismo
que esto no volverá a suceder.

***